Cuando nos encontramos en un estado de conciencia equilibrado, nuestros pensamientos empiezan a fijar criterios de vida más trascendentales. Más aún, cuando tenemos la certeza de que lo que estamos haciendo, no solamente es para un bien común si no colectivo, habremos descubierto una fuerte razón para existir.
Partiendo de esta premisa fundamental que incita a la retrospección de quien a su lectura recurre, tiene la
